jueves, 19 de marzo de 2009

LOS MONOLOGOS DE ROSS

Los pesaos…
©2009 originaL dE marcO ruiZ

Yo tenía unos amigos tan pesados, que el día de su boda todos gritábamos “¡QUE VIVAN LOS NOVIOS… PERO LEJOS!”. Tener un amigo pesado es casi peor que tener la típica suegra con bigote que te raspa al besarte… Sí, porque el picor se va, pero los plastas se apalancan en tu casa y NO SE VAN, que estás tú ya a las 2 de la mañana con los ojos cerrados y de repente uno de los plastas te despierta y dice: “Uy, parece que tenéis sueño”, que tú piensas: “Nooooooo, que va, lo que pasa es que tengo los ojos muy caídos”.

¿Y los que llaman y llaman hasta que lo coges? “Uy, por fin te encuentro… ¿viste mis llamadas perdidas? Ah, ¿tus 37 llamadas perdidas? Sí, pero es que me agotaste la batería de tanta llamada”. Lo peor de los pesados es que no se dan cuenta de que lo son, no sé, debe ser una sensación de un fantasma que no sabe que ha muerto, pues esto es peor, es un FANTASMAS QUE SABE QUE NO HA MUERTO Y POR ESO SIGUE DANDO LA BRASA.

Yo creo que el pesado/a no nace, se hace, desde pequeñito. El típico “¿Falta mucho para llegar?” cuando solo llevas 2 minutos de viaje es una señal clara de lo por culero que va a ser la criatura. Luego en el colegio jugaban a todo lo que querían, pero no por lo buenos que eran en ese deporte, sino para que se callaran. Solían ser siempre los que decían “No te puedo dejar la goma de borrar porque mi madre no me deja”. ¡Ay, si tus padres hubieran pensado lo mismo a la hora de usar otra goma, tú no estarías aquí!”. Ya me los imagino con 30 años en la oficina “no te presto la grapadora porque el director general me ha dicho que guarde las cosas”. ¿Has probado a guardártela en el c… ajón?

Advertencia seria, si tienes merodeando un pareja plasta de amigos, no les invites a casa para que te enseñen las fotos de su último viaje, son como los vampiros, si les invitas no les puedes echar y chupan toda tu vida en una noche. Nuestro último error fue ver el viaje a Kenia de Pedro y Alberta… ¡763 putas fotos! ¿Pero qué hicieron, irse de viaje o actualizar el google earth de Kenia?

Los pesados tienen otras facetas, como por ejemplo, ser muy tiquismiquis, o como les digo yo, “tocacojones”. Si quedamos para ir a cenar, alguien dice, “vamos a un tailandés”, todos que si y el tiquismiquis… “Uy, es que es muy picante”. Bueno, pues vamos a un Japonés… “Uy, es que es todo crudo”. Pues vamos a un Italiano… “Uy, es que tiene muchos hidratos”. Bueno, bonito/a, entonces donde quieres ir… “Ah, me da igual, a cualquier sitio”. ¿Es o no para darles de comer aparte (nunca mejor dicho)?

Pero donde un pesado se hace notar es en el fútbol. Yo siempre que voy me tocan a los dos pesados del estadio, uno: el del puro, que más que del fútbol parece que vengo de Cuba, y dos: el comentarista/analista/experto en fútbol que informa a toda la grada: “Tocalá, tocalá, abre el campo, gol en Villareal 1-0, vamos, eso es tarjeta, mira el desmarque, chuta, uyyyyy, empata Osasuna en Villareal 1-1, saca en corto, tocalá de nuevo, termina el partido en Las Gaunas 0-0, vamossssss… “. Así todo el partido, total que ya te entran ganas de preguntarle: “Oye Salinassssss, por qué no te vas a La Sexta, dejas de darnos el TIQUI TACA a los que estamos aquí. Si no te hemos hecho ná….”.

Si conoces a un pesado/a, ya sabes que son como la verdad, están ahí fuera, es verdad…

Desde la ciudad de las obras eternas,
Ross

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