miércoles, 11 de marzo de 2009

LOS MONOLOGOS DE ROSS

CINE FANTASTICO… O NO
Texto e idea original: © 2009 Marco Ruiz

“Eres más lento que el caballo del malo”, y es cierto. Al malo le ponen un Ferrari de 450 cv y al bueno un burro con artrosis en las patas traseras, y el bueno le pilla… ¿Es eso seriedad? Son escenas típicas, y ya cansinas, donde el malo le da de ostias hasta en el carné de identidad, no lo mata porque va de chulo, le vacila, se pasea mientras el otro sangra como un cerdo… y de repente el malo dice una frase del estilo “eres una nenaza”, “menudo culo tiene tu mujer”, y entonces, se le hincha la vena de la frente, se levanta en plan robocop, se olvida de la paliza y de las costillas rotas y la hemorragia cerebral, y empieza a arrearle hasta que: a) Se cae sobre algo con pinchos y termina clavado como un pincho moruno. b) Se cae desde un rascacielos y hace caída libre, pero libre hasta el final. c) le atropella un autobús (allí por lo visto los autobuses llevan motores de Ferrari y la gente se baja haciendo “autobusing” a 190 km/h).

Hay directores más osados, en los que el bueno muere, y claro, eso da pena y la gente se mosquea… ¿en qué quedamos? Si se salva, típico, si se muere, da penita…

Lejos de los buenos y los malos, están los papeles “secundarios”, que suena despectivo total, soy el “secundario”, lo que no quiere hacer el principal, lo hago yo. Prefiero ser un “extra”, que viene de extraordinario, y no un segundón. ¿Os lo imagináis esto aplicado en la vida real? “Este es Pedro, mi mejor amigo, y este es Raúl, el secundario…”. Hombreeeeeee, que feo suena eso.

Sobre los buenos, un peldaño más arriba, están los héroes, que esos ya son la pera limonera. Si van en un avión y se desmayan los pilotos, pues el va, y con las nociones de “pilote un Boeing 747 en 3 semanas” de Planeta Agostini, lo aterriza sin matar a nadie, eso sí, lo abolla un poco para que no pierda “realismo”… Claro, si los buenos, ya hacen cosas imposibles, un héroe es como 007 pero a lo bestia. Aquí en España nuestros “héroes” son Mortadelo y Filemón o Torrente, o Alatriste… ¿Cómo puede tener un héroe un nombre tan deprimente? “Soy ALATRISTE, vengo… a llorar”.

¿Y las escenas de amor en las películas de acción? Suelen durar entre 5 y 10 segundos. Empieza la escena con dos besos y arrancándose la ropa a mordiscos, y de repente hacen un primer plano del reloj de mesa (de esos radio relojes digitales que todos tenemos en casa), y salen los dos ya dormiditos. Pero lo mejor es cuando se levantan, como están en bolas, se llevan la sábana y dejan al otro con otra sábana en la cama, porque claro, en todas las camas de matrimonio, se suelen poner dos, tres o incluso cuatro sábanas… ¿Y por qué se tapan? Cariño, no me mires que acabamos de f…. ornicar, y no hay confianza. Pues no, porque en la habitación está el director, el regidor, los cámaras y doscientos más, y claro, da corte…

¿Y los perros? Coño, todos superdotados. Hacen de todo, y sin problemas. El día que aprendan a preparar la comida, ya no será sólo el mejor amigo del hombre, sino de toda la humanidad. “Bobby, ¿qué pasa?” Y el pega dos ladridos y el prota dice: ¿Estás seguro de que han secuestrado a Mandy?”. Que tú piensas, o el perro este es muy listo, o el protagonista se ha metido de todo…

Todas las películas tienen un punto en común, y es el final. Y los que más me molestan… bueno, me joden, son esos que están a punto de acabar, se callan y te cascan “THE END”… ¿Pero como que fin? ¿Y con quién se queda? ¿Quién gana? ¿Se besan o no se besan? ¿Son felices o no les van las perdices? Si pagamos una entrada es para ver el FINAL, es como si la película empieza sin el principio…

¿Sabéis lo que os digo? Que una pasa no es un higo, que lo apunte Scorsese para un final. A ver si esperabais que terminara con un monólogo a lo Shakespeare… Acabar o no acabar… pues se acabó.

Desde la ciudad de las obras eternas,
Ross

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