martes, 3 de marzo de 2009

Los monólogos de Ross

No todo es lo que parece
Texto original: Marco Ruiz (c) 2009


Amigos, amigas, un sabio dijo un día “la verdad está ahí fuera”, bueno es de una serie de televisión, pero la frase mola. Estoy decepcionado, triste, confuso, irascible y compungido… ¿Cómo se compunge uno? Pues como puede, a mi me gusta compungirme en mi casa… ¿qué pasa, que vosotros no os hacéis una compungida de vez en cuando? A lo que iba, estoy triste, resulta que al hacerme mayor, es decir, desde ayer, me he dado cuenta de que nos han timado vilmente. Con quien más dolido estoy es con mi madre. Mi madre, bajita, gordita, algo enclenque… ¿sabéis que me decía de pequeño? “Hijo, espera que subo al ático a tender la lavadora y vamos al parque”. ¡Vivíamos en un quinto sin ascensor por Dios! Yo creía que mi madre era la única súper héroe que subía la lavadora “a mano”, que contradicción, y lo más difícil, ¡la colgaba con dos pinzas! Pero un día descubrí que sólo subía la ropa…

Desde ese día, el desengaño se apoderó de mí. A mi me gustaban los sándwiches con mantequilla porque creía que me la traían especialmente con un helicóptero, si, llamarme ingenuo, llamarme tonto del culo. ¿Pero y los Reyes Magos? ¡Qué ganas de hacer daño! Yo recuerdo que me lo dijo mi primo y yo me hice el loco, 3 años más tarde, a los 15 mis padres me dijeron que ya estaba bien. Yo me acuerdo que le tenía un asco al vecino porque a el se los traían Papá Noel, y me los enseñaba… Cuando me llegaban a mi yo le decía “jódete lo tuyo está viejo y es del año pasado”.

El ratoncito Pérez… De pequeño yo estaba liado, ¿queso o dientes? ¿Y que hace un ratón con una pila de dientes? Yo me imagino que para ellos eso es como para nosotros un colmillo de marfil de un elefante… ¿Ya os he dicho que mi cerebro carbura en otra dimensión? Tranquilos, mi psiquiatra me ha dicho que SI TODO EL MUNDO SE RIE NO PASARÁ NADA…

De pequeño me llevaban al “practicante” que básicamente era un tío que me ponía inyecciones… Yo decía “Mamá, ¿porqué este señor no practica con otro?”. Al final el tío me daba un caramelo, y como no tenía malicia, me lo comía en vez de metérselo por el culo. Un inciso, tu vas a un médico, te pincha y tu encima le das las gracias. “Gracias por meterme esa pedazo de aguja, que casi he sentido como me llegaba a la otra punta del brazo”. A mi los médicos no me gustaban de pequeño, no sé, les ves “falsos”. Entras en ese sitio donde usan “ambientador de gelocatil” y ya te entra mal rollo, y encima te dice “Hola, uy que niño más guapo y más valiente”. Lo de guapo, lo entiendo, pero lo de valiente… ¿Voy a tener que ver a Carmen de Mairena o algo así? Luego te metían la aguja y te decían “uyuyuy que niño más bueno, a que no duele”. ¿QUE NO DUELE? Porque todavía no sabía hablar, pero ya debería saber que LLORAR no es un gesto de gozo.

“Si no te comes el plato no crecerás”. Si lo llego a saber, no me como ni uno y me pego toda la vida con 8 años. “Si no te lo comes, no hay postre”. ¿Pero qué tipo de chantaje barato es ese? La comida se compone de 1º, 2º y postre, eso está en la constitución y en la ONU. ¿Acaso tú vas a un restaurante y te dicen? “Uy, no se me ha acabado las cocochas, se va a quedar sin postre”. Mejor, porque ahora por una tarta de queso te clavan 6 euros… Yo creía que te podías llevar el plato de recuerdo por el polvo, digo, la tarta.

“Ven aquí que no te voy a pegar”. A esta frase solo le pondría un pero: QUE SI TE PEGABAN. Claro, al tercer “no te voy a pegar” ya desconfiabas y te encerrabas en el baño. “Si abres la puerta ya, no te voy a pegar…(te lo decían con voz dulce)”. Yo al final decía, me van a arrear si o si, así que lo mejor… es correr. De pequeños nos gusta correr, esa manía se nos quita de mayores. Claro, no me imagino yo a mi jefe de 55 años llegando a casa y corriendo por el pasillo “CARIÑOOOOO QUIERO LA MERIENDAAAA”.

Pero si hay algo que de pequeño me ha marcado de por vida es la frase “si sabe mal, es porque cura”. NO MAMA, SI SABE MAL ES PORQUE EL DEL FRENADOL ES UN AMARGADO QUE NO HA PROBADO UN CARAMELO EN SU VIDA. ¿Y cuando te hacías una herida? “Bbbbbffffff (soplido), hala ya está”. Esos son principios médicos, ¿os imagináis en un hospital? “Varón, 40 años, atropello y traumatismos varios, no respira y el pulso es bajo”; y va el médico y hace “Bbbbbffffffff” (soplido), hala, ya está, el siguiente.

No todo es lo que parece, porque a veces lo que parece es todo mentira, y si duele la verdad, ya sabéis… “bbbbbbbfffffff” (soplido).

Desde la ciudad de las obras eternas,
Ross

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