domingo, 20 de diciembre de 2009

EL MIEDO

¿Te da miedo el miedo? Quiero decir, ¿qué es el miedo? ¿Sudor, taquicardias, desmayos, espasmos? No, eso no es miedo, eso es un ataque al corazón, capullo, así que vete a urgencias… (Otro día hablamos de URGENCIAS, ese lugar donde pasas horas. Yo le cambiaría el letrero… URGENCIAS… O NO, y así te lo patrocina una empresa audiovisual). El miedo no hay que confundirlo con un susto: “Cariño, mi madre viene a comer a casa”. ¡SUSTO! “Cariño, mi madre se viene a vivir a casa”. ¡MIEDO!

Los que van al cine a pasar miedo, un poco masoquistas sí que son, y lo peor es ver a la gente que se tapa la cara o mira a otro lado… ¿Qué haces mirando al altavoz? “Es que suenan muy bien y…” “CAGAOOOOOOO”. ¿Y los que esconden la cabeza? Si yo soy el del cine paro la película, enciendo las luces y le enchufo con la linterna… “¿Qué haces, no te da vergüenza con 40 tacos?”.

En una película de miedo suelen darse unas circunstancias que en la vida real no se dan. “Tu vas por la M30 dirección La Coruña a una cabaña perdida de la mano de Dios, que hasta el GPS te dice NO VAYAS ALLI QUE TE VAN A MATAR GILIPOLLAS”. Y de repente, dices, “voy a coger un atajo…”, y de la M30 apareces en un bosque frondoso y sin casas… ¡Coño el Gallardón lo que ha hecho! Total, que vas y claro, te pierdes, y decides parar en una casa abandonada justo al lado de un puente derruido y un precipicio, vamos, muy acogedor. ¿Y que se puede hacer allí? ¿Jugar al strip poker? ¿Ver Cine de barrio? Noooo, te pones a hacer ouija, y claro, empiezan a palmarla. Yo no sé vosotros, pero en cuanto muere el primero, allí salimos todos a codazos y no queda ni el Tato, pero no, SE QUEDAN para resolver el enigma y porque fuera hay “algo”. Da más miedo decir “algo” porque no sabes lo que es y da más cague… “No, no podemos salir, hay un control de alcoholemia justo al salir y hemos pimplado todos menos la que ha muerto”. Total, que empiezan a caer como moscas, y cuando solo quedan dos, deciden salir de la casa: “TIO, VAMONOS DE AQUÍ, SI HAY QUE SOPLAR, ¡SE SOPLA!”.

Otra opción es que de repente aparezcan zombies, así por una casualidad, te aparece Falete, Marujita, Rapel… ¡Cualquiera sale de allí! Si te muerden te conviertes, pero aquí tengo mis dudas, en unas van tan lentos que no pillan ni a una anciana con artrosis, pero en otros, parecen atletas preparándose para las olimpiadas… ¿Pero qué quieren comerte o una medalla los muy cabrones? Eso sí, un tiro en la cabeza y arreglado, pero aquí en España, los tendríamos que matar a garrotazos: “Pepe, pásame el magnum”. ¿Le vas a matar con un helado? “No, la pistola”. ¿Con el pan? “No, hombre, pásame la pipa…”. Tu estás mal, tío…

Y luego están los niños… Claro, los niños ya de por sí, dan miedo. Tu ves a un niño de 4 años con un rotulador en tu casa y ya te da miedo… “Niñoooo, no te acerques a la pared por Diosssss”. Pues imagínatelo con un cuchillo, o estos que se acercan a ti mientras duermes y lo tienes a un palmo mirándote fijamente… ¡Te despiertas con un puto susto! “Pero qué quieres hijo a estas horas”. “Papá, a veces veo muertos”. QUE NO SON MUERTOS, QUE ES EL ABUELO QUE ESTA JODIDO DE LA PROSTATA…

Desde la ciudad de las obras eternas, como el miedo,
Ross

No hay comentarios: